Huele a rancio y naftalina. Llegó la extrema derecha.
Pufff. Solo oigo noticias de Brasil y «el hijo de proxeneta» de Bolsonaro, fascista de políticas sexistas, racistas, transfobas y homófobas, etc Me asquea este mundo con su extrema derecha y sus intolerantes Trump, Bolsonaro, Le Pen, Salvini, Orban, Abascal, etc… Siempre que llegan al poder estos miserables el mundo se hace más injusto y terminamos en guerra. Todas las luchas sociales, ecológicas, de derechos humanos, etc. son aniquiladas por una mezcla de conservadurismo en derechos que, bañado en un neoliberalismo económico solo lleva a que les riques sean más riques, y les pobres más pobres. Una vez que destruyen las luchas conquistadas nos vendran con su caridad falsa de religión para reparar lo destruido por el Estado que acaban de tomar usando las herramientas de éste para destruir lo conquistado en los últimos cuarenta años en España y bastante más en otras latitudes…
De vuelta al camino…
Después de unos dos meses de disgustos, ésta qué escribe retoma su camino. El conflictivo y reciente pasado que intenté solventar y no se pudo, se tuvo que descartar. Asi que, no queda más que, retornar a aquel pasado pre traumático y volver a construir desde cero. Por que sino hay sinergias, empatias, aprecios, afabilidad, comprensión, y en su lugar solo hay egos, vanidades, altivismos y arrogancias, manipulaciones y autoritarismos. No seré yo quien espere a su deconstrucción. Que no me habría importado esperar si hubiere reconocido que tenía cosas que solventar en su psique e imaginario. No aceptaré agresiones gratuitas porque alguien deforme la realidad hacia una imaginación llena de heridas sin cerrar de su pasado, y no seré yo, el punto se sutura para aliviar su dolor mientras me agrede. Si necesita ayuda, que la busque. Por mi parte, lo único que me quedó fue una triste anécdota…