Relatos cortos tran(s)nochados

En la cárcel

Ainare era una persona con multitud de inquietudes y solidarie como nadie. Jamás abandonaba a su gente.
Elle solía colarse en una prisión del género.

La prisión era un lugar de altos y gruesos muros de piedra, que en otro tiempo fue fortaleza medieval, ahora es lugar de confinamiento y guarda de personas de género disidente.

Ainare, persona de características ácratas y disidente de género aunque sin el requerido cispassing.
Usaba su cuerpo como escudo y arma, esa, era la única forma con la que podía saltar aquellos muros y visitar a sus compis.
Después de la visita salía vestide de mujer segurata llevando consigo unas porras de madera. Que eran las armas con las que reprimian en la prisión. Después de cada visita y una vez que sobrepasaba la verja de acceso. Tiraba las porras y siempre caminaba erguide y con paso decidido. A los pocos pasos dados, ya anhelaba volver a ver a dos compis que dejaba atrás, estában secuestrades y encerrades por el estado bajo ley y pena de subversión de género y agravante une de ser cispassing, le otre por ocultar su disidencia.

La última vez que Ainare saltó los muros de la prisión, justo después de la visita y cuando ya se disponía a la huida. Con las ropas robadas a su vera y las cachiporras de madera, típicas del uniforme represor. Un trabajador social se ha percata de que algo ocurre. Une de sus amigues le da el «agua» y Ainare deja olvidade algunas de sus cosas y sube al muro exterior. Dejando sus piernas colgar hacia el interior sentándose sobre sus piedras.
Según la ley estar en el muro aunque sentade no es delito sino se entra.
El trabajador social comienza a alejar a les reus y con ojo avizor no pierde vista ni del más mínimo movimiento de Ainare.
Sus cosas siguen ahí, dentro del recinto junto al opresor. Elle pese a una sosegada tranquilidad, no arriesgará su libertad por un móvil y algo más. Si saltaré dentro, su destino estaría sentenciado…


En el circo

Una mañana cualquiera, Ainare se enteró que buscaban personal en el circo. Era un circo sin animales, menos mal, elle , vegane, nunca trabajaría en uno con animales, ya eran muchos años evitando muertes como para ceder a estas alturas de la vida.
Se interesó por el circo, porque la experiencia anterior no le gustó nada. Estuvo en la selección de un programa de nuevos talentos, y la experiencia fue tan negativa que casi sale corriendo. Las pruebas se hacían en el aparcamiento subterráneo de un hotel, y…, además en el recinto de la lavandería. Un lugar nada propicio para demostrar sus habilidades de cante, y menos aún entre humos de coches y el calor, y ruido de la lavandería. El recinto estaba dentro del aparcamiento y dentro de éste estaba la lavandería, y dentro de ésta y entre máquinas fue donde se hicieron las audiciones. Un recinto solo separado por una valla de alambre entre aparcamiento y lavandería. Donde además, se separaban a sus aspirantes por grados de fama: les más famoses en una fila, menos famoses y desconocides en otra, la más larga era ésta.
Aquella experiencia fue tan traumática y contaminante para su voz que decidió irse en busca de nuevos retos. y así, es como conoció a la gente del circo, gentes, un tanto peculiares.
Cuando asistió a la entrevista del circo, le atendió un hombre que, parecía malabarista, fue quien hizo aquella entrevista de trabajo.
La jefa del circo era una señora un tanto excéntrica y maniática. Fue quien enseñó las instalaciones a nuestre protagoniste. Aquel lugar era una casa grande, donde se iba encontrando a personas muy diversas en muchos aspectos. En una de las habitaciones se llegó a encontrar a un hombre que imitaba y grababa con un micrófono el sonido de los insectos con gran precisión. ¡Guau aquello fue sorprendente!
Aquello era tan curioso como atípico, de gentes muy diversas y complejas de entender en sus actitudes y manías.
La experiencia fue grata pero Ainare tenía dudas de que aquel fuese su lugar…


La preparación de la boda y la despedida de soltero

… Era un familia muy rica y caprichosa, que quería una boda por todo lo grande, tanto que. El vestido de la novia no bastaba con ser exclusivo, tenía que ser algo que fuese más que exclusivo. Buscaron a una diseñadora muy exclusiva ella, era una joven racializada que no comulgaba con tanto postureo ni con ese pijerío absurdo. La familia de la novia nunca estaba contenta con su trabajo, quería unas telas tan especiales que, la diseñadora finalmente encontró entre unas viejas telas sintéticas, lo que andaba buscando. Eran unas telas prácticamente transparentes para el vestido de la novia. Decidiendo entonces que, haría un vestido de transparencias con restos de tela inservibles.
¿Y Ainare donde estaba? Qué buena pregunta. Estaba cual antropologue observando como se desarrollaban los hechos, igual de ahí podría salir una etnografía. Solo observaba, no era participe en la historia aunque no le eran ajenos algunes personajes conocides por elle.
Mientras tanto los chicos y amigos del novio buscaban hacer una despedida de soltero así que encontraron a una mujer trans, trabajadora sexual que les despertaría sus sueños más lascivos. Querían que fuese una mujer super femme, pero que de repente les despertase… Aquella sorpresa al descubrir que sexo portaba entre las piernas. Y que enseñase lo que ellos calificaban como: «enseñar el Bisbal.» Los jóvenes buscaban hacerlo en un lugar exótico pero sin moverse de la ciudad, y eso les llevo a buscar un vivero de plantas para la despedida.Nuestre prota, que esta vez era solo une mere observadore, incluso podría narrar elle esta historia, pero no lo haría porque para este mi fin, estoy yo le narradore. Ainare veía los hechos desarrollarse desde fuera, igual que quien narra este relato.
Ainare escuchaba violencias que li atravesaban como cuando se referian a su amiga Veso (con v), trans y trabajadora sexual en masculino. Ese dolor le partiría el corazón durante toda la historia, que li llevaría a cagarse en sos y en esa banda de cretinos…


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Ir al contenido