Truenan palpitos de truenos cercanos en valles de sol.
La tormenta que depara será breve, pero será.
Cada vez más cercanos y certeros se sienten esos truenos.
El alma en un vilo. Pide a los astros que dejen de atormentar estos valles que nunca fueron de borrascas.
La tormenta llegó más virulenta de lo esperado. Fue castigadora, no dió tregua durante 15 minutos. Llegando a ser tan horrenda que, una cueva de oso fue más segura.
Ahora vuelve, aunque más liviana. Pero tormenta también.